Cocinar es un acto de amor.
Punto.
Pero a pesar de que en esas seis palabras hay mucho contenido, me gustaría responder con la versión más larga en la que puedo descubrir otros colores y matices que hacen de esta actividad cotidiana algo tan especial para mí.
En esta vida moderna tan ocupada en la que el tiempo nunca es suficiente vamos dejando de lado algunas costumbres que hacían a la unión entre las personas.
Una actividad que debido a la falta de tiempo se está descuidando es el preparar nuestros alimentos en casa.
Hoy día tenemos muchísimos lugares que ya nos tienen preparados platos completos y variados para el consumo y que son casi casi como hechos en casa.
Yo pienso que está bien acudir a estas soluciones cuando estamos realmente en un apuro por falta de tiempo o porque estamos cansados y queremos simplificarnos la vida…
Pero, desde tiempos ancestrales, la reunión en torno a la mesa compartiendo una comida casera, fue una actividad que hacía que los que estaban reunidos en esa mesa se sintieran reconfortados, que se sintieran parte del grupo que allí estaba, se sintieran aceptados y queridos. Y todas estas sensaciones eran generadas no por la comida en sí, sino por el cariño y empeño que puso el que la preparaba.
Es por eso que yo digo que es un acto de amor.
Es un acto de entrega a los demás, un acto en el cual la persona que prepara el alimento pone todo su esfuerzo y atención.
Cuando yo preparo una receta, no lo hago como un mero trámite, sino que me gusta pensar cuales son los gustos de los comensales para complacerlos.
También me entusiasma pensar en la reacción que causará mi comida en las personas.
Cuando yo cocino, siento que estoy preparando un regalo y es un regalo especial, porque los que van a recibir este regalo son personas especiales para mí, son mis afectos.
Con el correr de los años he ido mejorando la forma en que cocino, lo he hecho en forma autodidacta, por ensayo y error.
Primero fueron las recetas familiares, después recetas que me pasaban, luego libros de cocina, recortes de revistas y diarios, programas de tv…
Con el advenimiento de internet, comencé a investigar más, ingredientes nuevos, métodos de cocción, probando recetas nuevas y aprendiendo mucho.
Ojo, que no siempre es necesaria una receta súper elaborada y con ingredientes exóticos para que la comida sea especial. En mi cocina, muchas veces preparo comidas que resultan exquisitas combinando los restos de otras comidas que tengo guardadas en la heladera. Son comidas “tuneadas” según mi hijo, ja, ja, ja! Siempre que preparo comidas aprovechando los restos, con mi esposo y mi hijo terminamos diciendo _¿viste que las comidas con “requeches” son las más ricas?_ y sí, porque hay un poquito de todo, porque hay variedad.
Hoy, para mí, cocinar es un placer, y es una de las cosas que mejor hago, es por eso que obsequio a mis afectos con este don, que es especial y que agradezco.
Elijo cocinar para la gente que quiero porque para mí cocinar es un acto de amor.
Eme
Que lindas reflecciones...
ResponderEliminarEspero poder llegar pronto a saber cocinar y bien, así dar "regalos" especiales como los que tú das!
Caty :)
Gracias Catherine!!!
ResponderEliminarPor supuesto que así será...
de todos modos vos me das un regalo muy especial y es ser como sos, tan dulce , mi linda sobrinita!!!
y estoy convencida que ese regalo lo disfrutan todos los que tienen el privilegio de conocerte.
Te quiero mucho!!!
Gracias por comentar...