Última entrega de la serie Navegando por el río Santa Lucía.
Los árboles bañados por el reflejo dorado del sol poniente mientras que una gran luna llena se abre paso en el extremo opuesto de la esfera celeste...mirando al sol cara a cara, como una eterna enamorada que sabe que tiene tan sólo ese instante para poder ver a su amado...quizás haya sido por eso que una hermosa luna esa noche se vistió con sus mejores galas...
Las siguientes fotos corresponden al período desde la salida de la luna hasta que regresamos al muelle en plena noche (volvimos a las 23hs)...
Al ver semejante vista, creo que es entendible el porqué mi dedo no dejaba de oprimir el obturador de la cámara fotográfica. Mis ojos no querían perderse de nada y mi cabeza no dejaba de gritarme que la próxima foto iba a estar mejor que la anterior...que el siguiente enfoque me iba a dejar otro hermoso recuerdo...
A continuación, una serie de fotos que hice de la luna... (quedaron más en mis archivos, pero tuve que hacer una selección porque eran muchas!)...
Ese día no había ni una sola nube y la luna estaba completamente llena...les digo que el espectáculo que nos regaló fue absolutamente maravilloso...
Luego de la puesta del sol, el cielo continuó deleitándonos con un espectáculo pleno de luz y color...
Una especie de nube difusa se asoma como subiendo desde el contorno de la vegetación...
Tonalidades sepias y tostadas con un dejo de un celeste que se va perdiendo a medida que la noche avanza...
En este acercamiento se ve el reflejo de las luces al otro lado de la orilla (que en realidad estaba muy lejos, pero que logré acercar utilizando un objetivo potente)...
La noche va cubriendo el río lentamente, dulcemente...
Y la luna, finalmente, se mira reflejada en el espejo del río...
...su eterno amor, el sol, ya se retiró...se ha quedado sola, solos ella y su reflejo en el agua...
Simplemente... bella...bella...bella...
Cuanto detalle!!! Nuevamente el reflejo sobre las "onditas" del río...
La noche se impuso...
A bordo, nos envolvía la cálida luz de las pequeñas veladoras que colocaron por aquí y por allá, y que creaban la atmósfera ideal...bailamos lentas en un barco a la luz de la luna!!!
...la luna nos acompaña en el tramo final de nuestra travesía...
Llegamos al muelle, y recibimos un último regalo, estas hermosas vistas nocturnas, los puentes, las casas, las luces y las embarcaciones reflejadas en el espejo del río...
Fue un paseo perfecto...regresamos felices a casa, con el alma henchida con tanta belleza, mucha belleza, demasiada belleza...ahora a recordar mirando las fotos una y otra vez...ansiando volver al río...
Cada vez que disfruto de estos regalos, pienso: es mi país, es Uruguay, mi hermoso y bello país...pequeño, muy pequeño, tanto que muchos ni saben dónde ubicarlo, pero grande muy grande y pródigo en bellezas naturales y en belleza de su gente. Gente que es como las personas que llevan adelante este proyecto de navegación, que nos permiten acceder a tanta hermosura, desempeñando su tarea con mucha calidez humana.
Es por esto que quiero gritar a los cuatro vientos:
Gracias a la vida porque podemos disfrutar de esto!
Gracias a Dios que me hizo nacer aquí!
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